El
cerebro adicto.
INTRODUCCIÓN
Hoy en día, como
resultado de múltiples investigaciones y descubrimientos científicos, podemos
saber que la adicción a las drogas puede ser catalogada como una enfermedad, la
cual es posible ser tratada, al igual que cualquier otra. Si bien se establece que no tiene cura, se
puede controlar y a través de ello contar con una buena calidad de vida.
DESARROLLO
A
inicios del siglo XX fue cuando se
empezó a analizar la conducta adictiva producida por el consumo de diversas
drogas. En ese entonces no se
consideraba como un problema de salud, ni había gran divulgación sobre ello,
sino que era asociada a aspectos morales y falta de voluntad en el individuo
adicto. Esto daba como resultado el
señalamiento negativo y nulo tratamiento del padecimiento. Sin embargo, tras el avance de las investigaciones,
es como se ha ido transformando poco a poco la perspectiva. Podría decirse que la razón principal por la
que puede definirse como una enfermedad a la adicción es porque las drogas
producen modificaciones en la química, la estructura y el funcionamiento del
cerebro. A continuación se menciona a
algunas sustancias y sus efectos:
- Nicotina: Riesgo de cáncer, enfisema, trastornos bronquiales y cardiovasculares.
- Alcohol: Daño a la memoria y aprendizaje a corto plazo, a la capacidad de concentración y coordinación. Aumenta ritmo cardiaco y perjudica pulmones, riesgo de psicosis.
- Inhalables: Dañan corazón, riñones, pulmones y cerebro.
- Cocaína: Graves consecuencias en el corazón, sistema respiratorio, nervioso y digestivo.
De acuerdo al Dr. Rubén Baler,
científico de la salud de la Oficina de Políticas Científicas del NIDA, la
adicción presenta varias etapas. En
primera instancia conforme el individuo consume drogas de manera recurrente, su
cerebro empieza a adaptarse convirtiéndose así en una dependencia a determinada
sustancia. Algunas de las partes del
cerebro que pueden verse afectadas son el tallo cerebral y el sistema límbico,
este último por cierto factor clave, ya que es ahí donde se origina el circuito
de recompensa del cerebro. También
afecta el proceso de comunicación de éste último, interviniendo obviamente de
manera negativa, en el intercambio de información de las neuronas. Es en este proceso, en el cual la neurona
libera un neurotransmisor el cual viaja a través de la sinapsis y se adhiere a
un receptor en otra neurona, donde la estructura química de la mariguana y la
heroína toman el lugar de un neurotransmisor, a diferencia de la cocaína y anfetaminas,
en las que su consumo provoca una cantidad excesiva de neurotransmisores
naturales, intensificándose el mensaje en el proceso de comunicación
neuronal. Las sensaciones de placer, en
las cuales interfiere el neurotransmisor dopamina, son un ejemplo claro de como
sucede este daño en el proceso antes mencionado. Al consumir drogas, el cerebro va perdiendo
la capacidad de sentir placer por las recompensas que se dan de forma natural,
ya que se va acostumbrando a dosis altas de dopamina a la vez que reduce la
producción natural de ésta, esas dosis altas son causadas por alguna droga en
particular, de modo que cuando falta la droga el cerebro carece de dopamina
suficiente, y lo que antes podía sentirse como placentero, lo deja de ser. Así, el cerebro ya adaptado a niveles altos
de dopamina, requerirá de cada vez más droga para obtener el mismo efecto. Se crea tolerancia a la sustancia.
El individuo con síndrome de
abstinencia, que se da ya en la última etapa, presenta signos de ansiedad,
irritabilidad, mareos, náuseas, así como episodios de sudoración, temblores y
psicosis.
Es importante destacar que el abuso de
las drogas durante plazos muy prolongados por lo general provoca en el
individuo cierto condicionamiento, esto quiere decir que el adicto asocia
factores de su entorno con la experiencia del consumo de una droga, provocando
esto un deseo incontrolable por consumirla.
La adicción ya a estos niveles puede resurgir tras años de abstinencia.
Existen factores tanto genéticos como
ambientales en relación a la propensión de una persona a las adicciones. La combinación de ambas categorías es la que
interfiere en la conducta adictiva de las personas, ya que, por decir un
ejemplo, si una persona es poseedora de la carga genética acorde a generar
adicción, pero en su entorno no hay nada que propicie dicho comportamiento, es
decir, no interactúa con el uso de drogas en su familia ni sus amigos, lo más probable
es que no desarrolle ninguna adicción.
De cualquier manera, se determina que
las personas que son propensas a buscar riesgos y novedades serán los más
propensos a convertirse en adictos.
De las sustancias que se han
mencionado, existen unas más adictivas que otras. En el caso de la heroína, Ésta origina
cambios estructurales en el cerebro desde el primer consumo; el alcohol y el
tabaco generan una rápida dependencia en las personas que son propensas a ello,
como se menciona anteriormente.
Como punto importante para poder
comprender el proceso de adicción a una sustancia podemos mencionar los tres factores
relevantes para que ello suceda: lo adictiva que sea la droga, la
disponibilidad de ella, y el qué tan aceptable es en la sociedad en la que nos
desenvolvemos.
Algo sumamente relevante en el tema es
el uso de las drogas en la etapa de adolescencia del individuo, ya que esto
representa un gran riesgo para su salud. En general en cualquier etapa es
riesgoso, pero en esta etapa, aún en desarrollo, los cambios y daños al cerebro
son de mayor magnitud, además de que no hay evidencia que los daños que
ocasiona el consumo a temprana edad sea reversible, como sí sucede cuando se
inicia en la edad adulta.
La divulgación del uso medicinal de la
mariguana puede causar confusión en la población y mucho más en los adolescentes,
debido a su ambigüedad. Se añade a su cualidad de ser natural el planteamiento
de que no es peligrosa, sin embargo, si no se usa con un control adecuado,
hablando en términos de uso medicinal, igualmente puede crear una fuerte
dependencia, y no es inocua.
Un grupo de personas que se consideran
vulnerables a la adicción a las drogas son aquellas con padecimientos mentales,
tales como la bipolaridad y la esquizofrenia.
Otro caso son los adolescentes que presentan problemas de ansiedad, los
cuales, si consumen droga y descubre que a través de ello puede aminorar su
problema, asociará el consumo con la solución a su padecimiento, aumentando así
la probabilidad de dependencia.
La adicción a las drogas también
representan un problema social, ya que tiene inferencia en las diferentes facetas
del individuo: su vida social, familiar y económica y emocional. Los tratamientos que actualmente se busca
ofrecer son aquellos que interfieran tanto en el aspecto bioquímico y
conductual así con en los aspectos causales de su adicción. Todo esto requiere un tratamiento adecuado a
las características de la adicción de cada individuo, algunos se enfocarán en
fármacos, otros en fármacos y terapias cognitivo-conductuales, otros en terapias motivacionales, etc. La terapia multidimensional busca entrenar de
nuevo al cerebro que aprendió algo fuera de lo normal.
Como se mencionó antes, la adicción es
tratable, pero incurable. Pueden existir
recaídas, pero como lo menciona la doctora Medina Mora, forma parte de la enfermedad,
y un tratamiento exitoso no debe medirse en base a la abstinencia solamente.
Sin duda alguna, la prevención es
fundamental para no presentar la necesidad de pasar por tratamiento
alguno. Lo ideal es evitar lo que
sabemos puede ocasionarnos daño, y a su vez promover y preferir un ambiente y
actividades saludables.
Las políticas públicas representan un
papel fundamental en la construcción de dicho ambiente, a través de evidencia
científica y su divulgación en la sociedad en general.
CONCLUSIÓN
La adicción a las drogas en un
problema de salud que debe ser tratado desde las políticas públicas, los
adolescentes al no tener la información adecuada y al estar inmersos en un
ambiente con factores peligrosos, son los que se encuentran en una situación
más vulnerable de presentar esta enfermedad.
Dependerá en gran medida de la
difusión de esta perspectiva basada en evidencias, el que la sociedad aprenda y
comprenda que la prevención en primera instancia, y el tratamiento
multidimensional ya como solución a una adicción, la manera en la que se pueda
combatir dicho padecimiento.
Comparto este video de una conferencia de la Dra. Nora Volkov, como una herramienta más de divulgación con el fin de comprender el proceso de la adicción:
¿Por
qué elegí este tema?
Elegí este tema porque me parece muy
apropiado a los acontecimientos recientes sobre la legalización al consumo
lúdico de la marihuana. Creo que es
importante destacar e informar, que si bien tiene usos medicinales, la
información ambigua sobre el asunto puede ocasionar un aumento en el consumo de
los adolescentes en nuestro país, que aunado al factor de pobreza que se está
incrementado en nuestra sociedad, puede ser realmente peligroso. Considera que estar informados y tomar en
cuenta la divulgación de evidencia científica es muy necesario.
¿De
dónde partí para empezar a escribir?
Para dar inicio al escrito tomé en
cuenta en primer lugar el propósito general de lo que intenta comunicar el
autor, es decir, desde un inicio determinar la postura de mostrar a la adicción
a las drogas como un padecimiento que necesita un tratamiento, y no una
etiqueta moral. De esta manera la información
que va dando en su lectura resulta totalmente acorde a fácil de estructurar.
Sandra, gracias por tus comentarios reflexivos y por compartir el recurso del video para saber más sobre el proceso de la adicción.
ResponderBorrarSaludos
De nada. Sin duda hay mucho por divulgar en cuanto a este tema.
BorrarGracias por su lectura y comentario, un saludo.